¿Merece Burgos alcanzar la capitalidad europea?
Desde que en 1985 la actriz y ministra socialista griega de Cultura, Melina Mercouri, propuso la designación anual de una ciudad como referente de la riqueza, de la identidad y de la diversidad cultural europeas, son muchas las que han obtenido este reconocimiento hasta hoy. Atenas fue la primera, como no podía ser de otra manera, y Madrid, Santiago y Salamanca son las tres ciudades españolas que han ostentado esta distinción hasta este momento. El próximo año español de la Cultura europea debe esperar ahora hasta 2016. Por supuesto que Burgos merece esa capitalidad, pero sólo si antes hace muy bien todo lo que tiene que hacer. Cuenta con una base excelente. Hasta su nombre es el más europeo de todos los nombres de ciudades. Ninguna otra cuenta con tres bienes patrimonio de la Humanidad y los tres tienen una inequívoca significación europea. Ninguna otra está construyendo un conjunto cultural como el de la Evolución Humana. Pero, además, tiene que ser capaz de elaborar un proyecto de dimensión europea que sea el mejor de todos lo que se presenten. Debemos intentarlo. Todos juntos. Los gobiernos y las oposiciones. Los partidos políticos, las organizaciones sindicales y empresariales, las organizaciones culturales y sociales de toda clase. Todos los burgaleses. Sin afanes de protagonismo. Debemos intentarlo porque podemos conseguirlo. Pero debemos hacerlo de tal manera que si no lo consiguiéramos, no nos arrepintiéramos de haberlo intentado. Abramos un proceso de dinamización cultural imparable que no consiga frenar un posible resultado negativo. Pensemos que además de merecerlo, tendremos que merecerlo más que las otras candidatas, entre las que se encuentran nada menos que Córdoba, Málaga, Zaragoza, Tarragona, Cáceres, Tenerife y Segovia. No sé por qué me parece que cualquiera de ellas pudiera tener méritos suficientes.
Luis Escribano Reinosa Burgos, 20 de noviembre de 2006
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