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SERVICIOS SOCIOCULTURALES Y A LA COMUNIDAD - BURGOS

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANIA

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANIA
¿Es o no importante la Educación para la Ciudadanía?
 
La ciudadanía también se aprende
 
"Reconozcan que el PP trabaja en lo importante y no en temas banales como su
asignatura de Educación para la Ciudadanía". Así cerraba su columna el
pasado lunes un concejal popular respondiendo a un concejal socialista.
 
Hasta ahora lo que sobre nosotros recaía cuando de esta materia se trataba,
era una avalancha de improperios y maldiciones procedentes de todo lo que se
mueve en el PP y alrededores. Especialmente de quienes, con ejemplar
humildad, se atribuyen a sí mismos el papel de representantes de Dios en la
tierra. Sea anatema la Educación para la Ciudadanía por manipuladora de
conciencias, por adoctrinadora, por promover el gregarismo y el pensamiento
único, por impulsar el totalitarismo, por destruir la familia y por
subvertir todos los valores morales.
  
No se les puede negar a críticos tan furibundos alguna autoridad en la
materia. Muchos de ellos pertenecen a organizaciones dedicadas a extender la
única verdad, dirigir las conciencias y pastorear a sus ovejas.
  
Pasaré por alto ahora que la ciudadanía sólo es posible en democracia. Mala
opinión tienen de ella quienes piensan que puede facilitar la violación de
la conciencia y el pensamiento libres. Y pésima opinión de nuestros
profesores tienen quienes les consideran meras herramientas de Luzbel (es
decir, de Zapatero).
 
Ahora un ciudadano que representa a muchos otros considera "banal" la
Educación para la Ciudadanía. ¿En qué quedamos? ¿O será que, si no bastan
las truculencias puede servir el desprecio? Con lo fundamental no se juega.
La ciudadanía es la condición de los hombres libres. De su educación en la
escuela y en la vida depende nuestra democracia.
 
Si es importante para todos, lo es mucho más para los políticos. Un político
que desprecie la ciudadanía o su educación, o no sabe lo que hace o no sabe
lo que dice.
 
 
Luis Escribano Reinosa
 
Burgos, 1 de diciembre de 2008

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